Análisis: Las causas de la guerra de Ucrania y los molinos de viento

Análisis: la causa de la guerra de Ucrania y los molinos de viento.

En los años previos al ataque japonés a Pearl Harbor, estuvo ocurriendo algo que llevó a los dirigentes japoneses a la desesperación y la decisión de una guerra preventiva contra los Estados Unidos. En Europa pasó algo parecido antes de que Alemania invadiera Polonia.


En ambos casos líderes de esos países instruidos, educados bajo la lógica científica de Occidente, tomaron decisiones que para ellos y sus gabinetes, eran una cuestión de supervivencia.

En ambos casos los dirigentes alemanes y japoneses creían que sus países se abocaban a la esclavitudfrente a potencias extranjeras materias primas.

En el caso de Alemania su política era clara lo había anunciado, que su supervivencia pasaba por la necesidad de un espacio para el aumento de su población.

El aumento de su población, las poblaciones germano hablantes de los países limítrofes, fruto del armisticio de Versalles, más su acelerada innovación técnica, la colocó y a sus dirigentes en un rumbo de colisión con el resto de países.

Sobre todo el antiguo Imperio Británico reforzado por el nacimiento del Imperio emergente de los Estados Unidos.

En el caso del Japón el hecho fue más claro, previo a la guerra, los Estados Unidos decretaron un embargo de materias primas que importaba Japón que lo pusieron en el disparadero.

En el caso de la guerra de Ucrania y de Rusia se ha dado un dilema parecido.

Rusia es una economía media, de 143 millones de habitantes y un producto interior bruto, PIB similar al de España pero del todo completamente dependiente de la exportación de materias primas, petróleo y gas.

Rusia se había abierto al mundo, pero en su transformación económica había fracasado en pasar de una economía dependiente de materias primas, a una economía de alta tecnología. A pesar de su buena base científica. Sus decisiones políticas lo impidieron.

El patrón económico, se basó demasiado en industrias pesadas y de producción de materias primas, en la construcción de oligopolios y oligarcas, sin ningún interés en desarrollar tecnológicamente el país.

Mientras en Europa, se ensayaba, el cambio a energías renovables, los dirigentes rusos y Putin se encontraron con que su ventana de oportunidad para hacer valer su poder como exportador de energía se iba cerrando.

Europa y Occidente comenzaron a tener éxito en desarrollar energías renovables independientes de su suministro de sus materias primas. Demasiado éxito.

Con una población mayor que los países árabes y con un patriotismo e historia imperial mucho mayor, Rusia y sus dirigentes vieron que en pocos años, Europa de la que ellos son parte, iría prescindiendo de ellos como suministradores de energía. La alternativa sería ser un país secundario dentro de la Unión Europea. 

Putin y Rusia intentaron antes fidelizar a los europeos y sobre todo Alemania con precios de la energía baratos. Logró enganchar a Alemania a retrasar la sustitución del petróleo y el gas, por energías renovables. Pero tampoco.

Las buenas relaciones con el expresidente alemán, y con la industria de Alemania en general, no impidió que caminasen por la senda rápida de sustituir el gas y el petróleo. 

El cambio climático provocaba esta independencia energética, insoportable para el Kremlin.

Eso se puede ver fácilmente, con los datos de España, un país, nada adelantado tecnológicamente, pero en el cual el desarrollo de las energías renovables ha sido tremendamente eficaz. Más eficaz de lo que se sospecha.

Un país que construía centrales de ciclo combinado, como churros, que utilizaban gas, pasó en pocos años al 60% de la capacidad eléctrica instalada basada en renovables.

En España por ejemplo en el año 2022 de los 250.000 gigavatios hora que se consumieron, la energía renovable fundamentalmente eólica y solar produjo más del 50%, teniendo en cuenta que la velocidad de instalación las eólicas y solares tiene y en el año 2023, proyectos por valor de cincuenta y siete mil millones de euros, se puede ver como un país relativamente tecnológicamente poco avanzado, ya estaba consiguiendo la senda de casi ser autosuficiente con energías renovables. 

Había suprimido centrales térmicas y también había paralizado y estaba desarmando centrales nucleares.

La sustitución del petróleo y del gas, es lo que desesperó a los dirigentes y a  los oligarcas el petróleo y el gas, de no poder mantener el status quo durante más tiempo.

A pesar de construir con gran coste el gaseoducto Nordstream 2, para ofertar a sus clientes alemanes, el suministro de gas prescindiendo de tener que pasar el gas por Ucrania, y encima darles dinero a ganar a los ucranianos por derechos de paso.

Los motivos están ahí claros lo que pasó después ya es conocido.

El error de cálculo de Putin, el de la Alemania nazi o del Imperial Japón, fue querer forzar decisiones y situaciones de mercado, por la fuerza militar.

Una doctrina antigua, que en el siglo XXI, Putin no debería de haber adoptado.

Su país tenía amplias oportunidades en el rápido desarrollo de la innovación para Industria civil basada en su complejo militar, como hace los Estados Unidos con su DARPA.

Como hace China que tiene anunciado que quiere ser la potencia tecnológica emergente por la vía pacífica, al producir bienes y servicios necesarios, y de rebote potenciar mucho más la industria militar propia.

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